— El Ave Fénix ha resurgido de sus cenizas.
Heracles te mira extrañado. Ares se gira. Se disculpa ante el héroe.
—Permíteme, los mortales tan arrogantes como siempre. Tú ya sabes de que te hablo —dice dirigiéndose a Heracles.
Éste se aleja de nosotros.
—Eso es lo que me gustaría a mi que el Ave resurgiese —te dice con cierta ironía.
—Me ha dicho Afrodita que era una señal —le dices en voz baja.
—Y lo es, así que no seas indiscreto —te recomienda mientras mira alrededor asegurándose de que nadie te ha oído.
Tú te averguenzas de tu metedura de pata impropia de un detective que trabaja para Zeus.
—No me extraña que ya nada sea como antes —dice mientras te mira—. Antes las guerras tenían honor. Hoy son sólo crueles. Y todo, ¿por qué?
Tú te averguenzas de tu metedura de pata impropia de un detective que trabaja para Zeus.
—No me extraña que ya nada sea como antes —dice mientras te mira—. Antes las guerras tenían honor. Hoy son sólo crueles. Y todo, ¿por qué?