Has elegido sentarte en la primera mesa.
—Le pienso exigir a Zeus que devuelva a Perséfone al lugar que le corresponde, junto a su madre —lo rompe Deméter.
— ¡Ay! Hermanita, llevas toda la eternidad con lo mismo. Recuerda que Zeus hizo una excepción y deja que pase varios meses contigo —le responde Hades—. Yo lo acepté, lo entendí, al fin y al cabo es también hija suya. Confórmate tú también.
—La tomaste con engaño, te aprovechaste de ella —le recrimina.
— ¡Vaya suegra me ha tocado en suerte! En cuanto he visto que venías a sentarte a esta mesa me lo he imaginado.
Hades saca su casco y se lo pone, volviéndose enseguida invisible. Deméter, aún así, sigue hablando a Hades en una verborrea que se antoja continua durante toda la cena.