Zeus acaba de anunciar el comienzo del baile.
Antes de que les de tiempo a levantarse te diriges a ellos. Zeus y Hera están sentados juntos en la mesa principal. Debes ser inteligente. Tienes que intentar ponerla nerviosa, que intuya que tus sospechas recaen en ella. Pero a la vez no debes enfurecerla. Tu cabeza funciona a mil por hora. Sabes que si algo le enfurece son los hijos ilegítimos. Decides primero dirigirte a Zeus tras presentarte ante ellos haciéndoles la reverencia que su estatus obliga.
Representación de Zeus y Hera
—Hola, padre.Sientes que la furia ha invadido a Hera. Zeus, confundido, te sigue la corriente.
—He hecho algunos progresos —continúas—. Creo que en breve podré darte un nombre. Todos coinciden en un mismo nombre.
—Zeus, ¿por qué este mortal te llama padre? —pregunta Hera que ni siquiera ha escuchado tus últimas palabras.
Zeus nos mira a ambos. Se le ve un aprieto. Decides explicarlo tú para que no estropeé tu improvisada estrategia.
—Zeus raptó a mi madre un día que ella navegaba por el mar en una de esas barquitas que alquilan en las playas. La cogió para tomar el sol pero él provocó una gran tormenta y después, acudió raudo a salvarla. Y claro para mi madre era un héroe y de ese acto de heroísmo pues nací yo.
Me siento orgulloso por haber sido capaz de inventar esa historia. Hera está furiosa, parece que va a estallar, pero mira alrededor, ve que muchos la están mirando y decide salir de la sala hacia sus dependencias.