—En esta mesa el que tiene una razón de mayor peso para asesinar a Zeus es Atlas, ¿verdad grandullón? —dice entre risas dirigiéndose a Atlas.
Todos se ríen en la mesa. Continúa hablando Dionisio.
—Vamos a brindar por el éxito de nuestro amigo el detective por el que todos nos sentimos acechados.
Dionisio va chocando una a una todas nuestras copas. Los demás no se muestran tan efusivos con el brindis.
—Quizá sucede que el cazador vaya a ser cazado —dice Artemisa consiguiendo hasta que Dionisio cese con sus risas.
Te quedas helado, con la copa pegada ya a tus labios. Decides devolverla a la mesa. Piensas que, si vas a ser cazado, necesitas todos tus sentidos. Artemisa continúa explicándose.
—Porque crees si no que Zeus te buscó y te ha traído hoy aquí, eres un detective que jamás has resuelto un caso mas allá de encontrar al gato de la vecina que antes tú mismo has secuestrado.
Todos te miran sorprendidos:
—Hera habrá descubierto que eres hijo de Zeus y habrá convencido a tu padre de que hay algún plan para asesinarlo y de que te contratara. Pero lo que en verdad quiere es vengarse de ti —continúa Artemisa.
Tú la miras extrañada. Te parece una hipótesis alocada…¡tu madre!, ¡con Zeus!