—Apolo es el culpable. Quiere asesinar a Zeus.
No le da tiempo a moverse, cuando Heracles lo tiene ya interceptado con la ayuda de la hidra que él logró domesticar.
Artemisa no ha tardado en sacar el arco; pero se ha detenido al ver entrar a la sala un ejército de gigantes con armas fundidas por el propio Hefesto.
—Que te creías que no me iba a cubrir las espaldas, que no tenía un plan por si tú fallabas —te había dicho Zeus al decirle que tenías el culpable.
Se había formado un auténtico servicio secreto. Al entrar han retenido a Ares y Afrodita que intentaban escabullirse del Olimpo.